Película. “Fragmentos de una Mujer” (Pieces of a Woman) – Kornél Mundruczó, 2021.

Esta semana me eché una película que hizo mucho ruido al estrenarse en Netflix, entre otras cosas, porque su protagonista ganó el premio Volpi a la mejor actriz en Venecia, además de estar nominada en otros festivales y premios de la crítica (además de los que faltan). No pude dejar de verla, así que aquí les dejo mis percepciones de la película.

A ver… no quiero decirles de qué se trata la película porque sólo hablar de los primeros minutos es un spoiler total. De hecho, me molestó muchísimo que el avance que te pone Netflix cuando colocas el cursor sobre el título de la película nos enseñe algo de los últimos minutos de la historia. ¿Quién elige esas cosas? Están todos tontos.

Pero bueno. Primero vamos a los comentarios sin spoilers. Si les gusta el cine de drama, véanla, se trata de una mujer que está lidiando con una vida que, tras un problema que abarca los primeros minutos de película, la deja sin rumbo, sin saber qué o hacia donde. Vanesa Kirby le da vida a Martha, y lo hace de una forma extraordinaria. Y no está sola, con ella y también muy nominada a mejor actriz en un papel secundario está Ellen Burstyn, una de mis actrices favoritas de los Estados Unidos. Son madre e hija y ambas actúan increíble. De Burstyn es esperable, lo hace siempre, es brutal la señora. Kirby también lo hace muy bien… digo, no la hemos visto mucho y sus papeles son secundarios en casi todas las películas que ha hecho hasta ahora. Verla manejar tan bien y con tanta fuerza un protagónico está increíble.

Shia LaBeouf es la versión de él mismo en al vida real. Este actor tan rodeado de controversias por plagio, demandas y arrestos por violencia y agresión sexual es, en la película, un hombre drogadicto, violento y que poco a poco va perdiendo la cordura. ¿Buena actuación? Yo creo que sí, aunque palidece junto a las actrices con las que participa. Además de eso, ya verlo en este tipo de papeles es lo de siempre, Shia haciéndole de él mismo, sin importar la intensidad, es algo que estaba esperando desde que apareció a cuadro.

Eso es todo lo que puedo decir de la película sin echarla a perder. Así que si no la has visto detente porque hay SPOILERS. Repito, a partir de aquí SPOILERS.

Muy bien… creo que la película vale toda la pena nada más por sus primeros veinte minutos. ¿Qué pasa? Pues que Martha está embarazada cuando inicia la historia. Ella decidió, a pesar de las protesta de su madre, tener al bebé en casa. Para ello, contrataron a una partera que les auxiliara. Tanto Marta como su esposo Sean están encantados con ser una familia y, cuando saben que ha llegado el día, llaman al partera. Pero por mala suerte, la partera no puede esa noche, así que manda a una sustituta. Sean y Marta hacen lo que aprendieron en los cursos pre-natales y la partera se ve que le sabe a su negocio.

Pero de golpe las cosas empiezan a salir mal. El corazón del bebé deja de latir a velocidad normal. Vemos en el rostro de la partera, interpretada por Molly Parker, la cara de angustia. Sabe que algo va mal, pero no lo dice, se lo guarda. Pero luego reacciona. Sean está ansioso, no sabe qué está pasando. Martha está preocupada. Y nosotros, la audiencia, que vemos lo que todos saben y lo que todos sienten, nos angustiamos con todos ellos. Por Martha y Sean por su hijo… y la partera, que odiamos por segundos por indecisa, pero la comprendemos a la vez, seguro no le ha pasado esto nunca en sus años de dedicarse al asunto. El bebé nace y parece que todo está bien, pero se empieza a poner morado…

Kornél Mundruczó, el director

La muerte de la bebé trae todo un caos a la familia. Martha y Sean se deprimen. Ella camina por la ciudad como un zombi mientras él la engaña con la fiscal del caso. Ella busca emociones con otro hombre, pero eso no termina de traerla de vuelta a la vida. Él regresa a las drogas, que tenía supuestamente superadas. La madre de Martha, Elizabeth, le recrimina todo: le recrimina el haber tenido a la bebé en casa, le recrimina haberse casado con Sean, le recrimina no ser tan fuerte como ella.

La película está llena de escenas comunes que se tornan oscuras: reuniones familiares, viajes en auto, relaciones sexuales, comidas y cenas, hasta días de trabajo que pierden su normalidad debido a la sombra de la muerte, que acecha desde todos lados. Es una historia que nos habla del duelo mal trabajado, del dolor de la muerte y cómo ese sufrimiento puede ahogar la vida, la comunicación, la inspiración, la felicidad… la vida. La bebé muere después de haber vivido apenas unos minutos y, a pesar de ello, el efecto que esto tiene en su abuela, su padre y su madre es devastador. La película trata del proceso de duelo. La negación, la tristeza y la aceptación.

Es en las escenas que lidian con la muerte que las dos actrices trabajan muy bien. Te olvidas de que estás viendo una película para estar metido en sus gritos, en sus conflictos. En la forma en que todos los rencores del pasado regresan para agredir su presente. Todo afecto se olvida porque, sencillamente, no tienen ganas de expresar cariño. Martha no está muerta, pero tampoco está del todo viva. Se dice que la madre que pierde a un hijo queda muerta en vida y esta película es la representación cinematográfica de eso. Los personajes están atrapados y el director lo deja bien claro con su puesta en escena. La cámara siempre está colocada de forma que los personajes quedan encerrados, enmarcados.

La película nos cuenta tramos largos que pueden perder la atención de muchos espectadores porque no pasa nada. Bueno, parece que no pasa nada. Martha camina, se asoma por ventanas, se queda en silencio… La película no es lenta, sólo que tiene muchos momentos en los que lo único que tenemos que ver es la tristeza. Esos minutos se arrastran como si fueran desperdicio de tiempo, pero es que eso es la vida luego de una muerte tan dolorosa. La vida sigue corriendo, aunque la persona que sufre no está viva, se vuelve (como el público) un espectador más de una realidad que corre sin novedades. Los objetivos se olvidan, las metas dejan de ser importantes y todo lo que hacemos en nuestro día pierde su intención.

Lo único que me cayó muy gordo de esta película es el final. En las últimas tomas, vemos que Martha le pide a una niñita que baje del árbol y juntas se alejan hacia la distancia. Me cayó gordo ya sea que sea de interpretación personal u obvia. Si es obvia entonces nos dice que Martha tuvo otra hija. Esto me enoja porque no sé qué pretende… ¿que veamos que pudo tener otra hija? Como si un segundo hijo tomara el lugar de uno nuevo, como comprar otro pez cuando el que tienes se te muere. ¿O acaso era su sobrina? ¿Entonces para qué lo pones? No entiendo. Y si no es de interpretación obvia, ¿qué es? ¿Alucinó a la hija que perdió? ¿La película nos muestra cómo hubiera sido la niña de no haber muerto? ¿Qué significa? Ninguna de las respuestas me deja satisfecho. No sé si es un intento de final tristísimo o de final pseudo-feliz. Y sí, a los fans de interpretar libremente el cine les va a encantar porque tomen la opción que tomen van a estar en lo correcto y se sentirán felices consigo mismos.

Ahora sí me despido. Si les gusta el cine de drama, ésta es la primera gran película del año al respecto. Si les gusta ver a grandes actrices trabajando, también. En ese sentido no tiene el menor desperdicio, es buenísima. Los primeros veinte minutos son fuertes para algunas audiencias y los últimos son también difíciles, aunque no tanto. La película busca tanto el realismo de la situación humana que no es difícil estar ahí, con ellos, cuando las cosas se empiezan a poner feas. Está en Netflix, véanla. Si ya la vieron, no dejen de decirme qué opinaron en los comentarios. Si les gustó esta reseña o no les gustó, si están de acuerdo o no, déjenmelo acá abajo. También les pido que le den like a esta publicación, que sigan este blog y que, como siempre, tengan…

¡Buena suerte!  

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