Película. «Indiana Jones y el Dial del Destino» – James Mangold, 2023

Hace quince años escribí un texto en donde hablaba de lo decepcionado que estaba del regreso de Indiana Jones a los cines, cuando se estrenó “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal”. Muchas cosas me molestaron de esa película. Y, aunque la tercera debió ser la última, hoy tenemos una quinta y aquí les dejó mi punto de vista al respecto.

En esta quinta entrega, el Doctor Henry Jones tiene ochenta años, está en proceso de divorcio y su hijo murió en la guerra de Vietnam. Eso lo tiene convertido en un alcohólico deprimido y solitario que no hace más que beber, quedarse dormido en el sillón de su sala y dar clases a un montón de alumnos desinteresados que se quedan dormidos en su clase de arqueología.

Pero un buen día, su ahijada va a buscarlo para invitarlo a una nueva aventura: encontrar la segunda parte del Dial del Destino, un aparato creado por Arquímides que, según se dice, permite a su usuario viajar encontrar fisuras que le permitirán viajar hacia el pasado. Indiana Jones y su ahijada Helen no sólo tienen una historia personal que los liga al Dial, sino que también deberán encontrarlo si quieren evitar que los nazis (en esta ocasión lidereados por Jurgen Voller), se hagan del aparato y lo utilicen de forma destructiva y terrible.

Indiana y Helena tendrán que viajar por medio mundo en búsqueda de varias pistas que les ayudarán a completar el Dial en una historia emocionante llena de escenas de acción, persecución, cavernas oscuras y misterios antiquísimos, en un intento por recrear la emoción de la trilogía original de este popular personaje.

Si quieres ver esta reseña en video, aquí te lo dejo. De otro modo, sigue leyendo.

Hola, soy Enrique y pues nada, pues eso, que este fin de semana pude ver “Indiana Jones y el Dial del Destino”. Y aunque intenté verla de la forma menos contaminada posible porque se estrenó hace un par de semanas, no pude sino toparme en todas las redes sociales las críticas más terribles de la película. Críticas que dicen que la historia humilla a Indiana Jones, otras que decían que es un desastre, al peor de todas, otras que decían que otra vez el feminismo había dominado la cinta.

Además de todo eso, los reportes financieros no son muy alentadores. Al parecer la película no logró el éxito que Disney y Lucasfilm esperaban. ¿Pero por qué? ¿Realmente está tan terrible? Pues bueno, mi punto de vista es que no. A mí la película me gustó. No me fascinó, no me pareció tan buena como la trilogía original, pero tampoco creo que todas esas críticas que la ponen al nivel de la peor basura del mundo tengan razón de ser.

A ver… mi punto de vista es que Indiana Jones debió quedarse en tres películas. Ya había espacio en juegos de video para contar más historias del personaje, sin la necesidad de una producción carísima o de adecuarse a la capacidad física y emocional de Harrison Ford. Y es que hay juegos de video que cuentan historias de este personaje y que son mucho más divertidas y emocionantes que estas dos últimas entregas cinematográficas. “El Destino de la Atlántida”, “El Báculo de Reyes”, “La Máquina Infernal”, “La Tumba del Emperador”. Vaya, haber adaptado cualquiera de esas historias a cine habría resultado mucho mejor.

James Mangold, el director

Pero bueno, me estoy alejando del punto. Decía que para mí “Indiana Jones” debería ser una trilogía. La tercera película, “Indiana Jones y la Última Cruzada” tuvo el final perfecto en todos los sentidos, hasta sus protagonistas terminaron cabalgando hacia el horizonte. Pero como siempre, Hollywood funciona con el dinero y, en esta última década, con la nostalgia fortalecida por la dificultad por contar historias nuevas. Así que tenían que hacer una más. Una última. Ahora sí la última. Harrison Ford ya está en sus ochenta, pero no importa, una última. La última ahora sí y nos vamos.

“Indiana Jones y el Dial del Destino” no es tan terrible como la de los extraterrestres, pero tampoco alcanza a la trilogía original. Tiene momentos en los que se le acerca mucho, hay instantes en los que podemos acariciar el cine de aventuras que tantas otras historias ha inspirado. Pero la música reciclada, los efectos especiales a computadora y una exigencia cada vez mayor de apagar el cerebro no ayudan. Sí, la dirección de James Mangold está divina, se nota que el tipo sabe lo que hace. Y se nota también el rechazo a la última película, ya que el guion buscó alejarse de ella para acercarse más a las originales. Pero seguimos sin darle al clavo de lo que hace que Indiana Jones sea Indiana Jones.

Una crítica constante que he leído y escuchado con insistencia es el rechazo a Phoebe Waller-Bridge y su personaje Helena Shaw. Dicen que es insoportable, que se burla de Indiana Jones, que hace menos al personaje protagonista, que empuja de forma forzada el mensaje feminista, entre otras cosas de ese estilo. La verdad es que no lo creo. Es la compañera de Indiana Jones y, si bien no le aplaude cada paso, lo respeta, lo sigue y le da su lugar. No tenemos (como en otras cintas) al personaje femenino perfecto que le dice al protagonista qué hacer y cómo hacerlo porque, a pesar de su menor experiencia y capacidad, lo hace todo y mejor. No. Sentí a Helena como la acostumbrada compañera de Indiana Jones. Más activa, sí. Con un rol más importante en la historia si la comparamos con sus otras parejas de aventuras, pero no sentí que se comiera al protagonista en ningún momento.

El villano está muy bien. Me gustó que volviéramos a los nazis como eternos enemigos de Indiana Jones y Mads Mikkelsen, como siempre, está bueno como el villano de siempre. Y digo “el villano de siempre” porque ese malvado le sale bien, aunque siempre sea el mismo. Si me ponen en una misma película a Voller, a Grindewald o Le Chiffre no sabría distinguir a uno del otro. Los tres son el mismo personaje. Buenísmo, sí, pero el mismo.

El tesoro perdido no me gustó tanto, aunque me pareció de aplausos cuando te explican, ya al final, qué es realmente ese objeto. La manera en la que narran la resolución del sitio de Siracusa y meten a Indiana Jones como parte de la historia humana sí estuvo increíble. Aunque las motivaciones del villano se develaran en los últimos veinte minutos de película, me gustó mucho el clímax. No por lo que es, sino por lo que significa.

Y ya… ¿qué más decir? La música de John Williams que todo el mundo está aplaudiendo a mí no me gustó porque no es nueva, es reciclada de la trilogía anterior. Puedo decir qué momentos musicales pertenecen temáticamente a las otras películas y eso me molestó, porque usar la música de escenas icónicas en lugares que no le pertenecen siempre me ha caído mal. John Williams ¡ya tiene dos mil años, ya dejen de pedirle música! ¿Qué más? Me gustó que apareciera Sallah, pero no entiendo por qué no lo llevaron a la aventura y lo dejaron en el camino. Teddy, el niño ladrón que acompaña a Helena me parece insoportable, innecesario y muy poco gracioso para ser el relevo cómico.

El final es bonito, es un tributo a la primera película, estrenada en 1981. Pero sigue sintiéndose como un final poco épico, muy alejado de ese cierre perfecto de “La Última Cruzada” en 1989.

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